CÁMARA, CLAQUETA Y…. ACCIÓN.
Empezamos una nueva semana con
titulares muy diferentes a los de la anterior. Hace unos días todo el peso
informativo recaía en Bankia y su caída estrepitosa, ahora parece que hay que
demonizar a los “indignados” del movimiento #15M, es decir, a todos y cada uno
de nosotros que nos indigna que la política neoliberal nos esté llevando a la
ruina mientras que, los que la están provocando, se van a un retiro idílico con
pensiones astronómicas.
Al llamado cuarto poder, ya no le
interesa el exministro aznariano Rodrigo Rato, hombre que se puede definir como
“por dónde
pasó, todo arruinó”, excepto su bolsillo. Ahora la tinta se derrocha
de forma desmesurada hacia unos pacíficos jóvenes y no tan jóvenes que por lo
visto infringen alguna ley de épocas dictatoriales en democracia por exigir una
plena democracia.
Parece ser que el titánico buque económico
del PP se va al fondo del mar sin que sus oficiales arruguen sus uniformes,
pero causando el aumento del billete del pasaje individual. El Titanic marcó una época, su película nos
transportó al romanticismo de épocas pasadas con una buena dosis de dramatismo
cinematográfico y unos toques de retoque digital. Pero, si no me equivoco, sigue en el fondo
del océano. Ahora el reflotar buques hundidos
se llama nacionalización, término que no fue bienvenido cuando lo utilizaron
los argentinos con YPF, que no era ni es ningún buque hundido. Curioso cuánto menos!!!!!!
Me gustaría cerrar los ojos un
instante, relajarme, y al abrirlos, visionar que el film este de terror que
estamos viviendo se convirtiera en un film de un esperanzador “happy end”. Pero, no es eso lo que ocurre, abro los ojos
y la realidad sigue siendo ésa a la que nos ha abocado un loco director sin
escrúpulos. Ojalá todos seamos
directores, de esos que hacen su trabajo por la pasión de contar historias
divertidas, fantásticas, románticas o absurdas, pero sin la pretensión de dañar
a los actores que interpretan dichas historias.
Desearía creer en la magia,
cambiar la escena que estamos rodando, y rodar y pegar a esta película
celuloide nuevo.
Nada más fácil que desearlo, ser
el director de nuestra propia historia es posible, porque guiones de ilusión
existen, sólo hay que llevarlos al productor adecuado, defenderlos con nuestra
ilusión y energía, y llevar un pequeño film de autor a convertirse en el gran
triunfador de la noche de las estrellas. “The Artist” lo consiguió hace unos
meses en la ceremonia de los Oscars, por qué no hacerlo nosotros en nuestras
vidas!!!!!!

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